II CONGRESO INTERNACIONAL DE LITERATURAS AFRICANAS
Basta reflexionar brevemente sobre el concepto “solidaridad” para comprender que se presta a confusión. Se observa que sus caracteres genéricos y diferenciales no son tan exactos como en un principio puedan parecer. Para algunos individuos, la solidaridad implica una obligación cuyo rechazo conlleva sanciones sociales o incluso legales. Otros la conciben principalmente como un estado afectivo, más que como una acción, y por ello se refieren a ella como un sentimiento moral. Por otro lado, para su definición, hay quienes acuden a términos cuyos significados se acercan, como la caridad, adentrándose en los principios cristianos.
Además, entre lenguas incluso vecinas, la traducción del término no complace plenamente y origina errores en determinados contextos. Guy Braibant (2001; 40), del reducido número de expertos que participó en la redacción de la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea adoptada en el año 2000, asegura que la voz solidarity fue origen de debate, ya que para el delegado británico no tenía el mismo significado que los términos correspondientes de las lenguas continentales. Asimismo, cada cultura puede imponer un número menor o mayor de exigencias solidarias, es decir, la extensión de su campo de acción varía.
Con frecuencia se considera la solidaridad como una característica inherente al continente africano. De hecho, Mohamed Salah señala que la Carta africana de los derechos del hombre y de los pueblos (1981) es la primera en incluir el principio de la solidaridad. En las sociedades africanas este principio está sólidamente asentado sobre las relaciones familiares, de clanes, linajes o vecindario, basadas a menudo en alianzas consolidadas desde hace siglos y que se apoyan en la asistencia recíproca.
Entre sus principales manifestaciones destaca, por ejemplo, la hospitalidad. Si prestamos atención a las ricas literaturas orales de este continente, constatamos que sus bardos insistían mediante las composiciones transmitidas de generación en generación en la necesidad, e incluso obligación, de realizar acciones solidarias.
Diferentes versiones de la epopeya de Sunyata Keita, emperador mandinga del siglo XIII, describen, entre otras, las alianzas que el monarca establece entre diversos linajes, la impartición de la justicia y la distribución de la riqueza, como representación de la abundancia y de la solidaridad. Antropólogos, como Sory Camara (1992: 38-50), estudian las alianzas tradicionales entre los clanes africanos basadas en la ayuda mutua, como la sànàkùñá (alianza à plaisanterie o “con derecho a bromas”), propia de los malinkés. Algunos autores, como Hampâté Bâ, añoran tiempos pasados en los que la solidaridad contribuía al buen funcionamiento de la sociedad. La comunidad tradicional se fundaba en el concepto de la unidad, según el cual el individuo ocupa un lugar secundario con relación a la comunidad a la que pertenece: “La famille d’abord, puis la tribu ou le village, constituent des unités dont
l’intérêt ou le destin prime ou englobe celui des individus qui les composent” (Hampâté Bâ, 1972: 136-137). La solidaridad era considerada con frecuencia como un valor que suscitaba admiración.
Sin embargo, desde hace décadas la modernidad irrumpe en las sociedades africanas, produciéndose un fenómeno habitual, su fusión con la tradición, de modo que nuevos controles de la solidaridad en el ámbito social, político y de la justicia alternan con otros heredados del pasado, que adoptan formas diversas dando pruebas de vigor. A este propósito, Mohamed Salah (2015: 300) señala que la inestabilidad de los estados africanos favorece prácticas solidarias desvinculadas de la Administración pública. Así pues, diferentes prácticas populares de solidaridad están vigentes, como las tontinas en el oeste de África y, en menor medida, en el este.
No obstante, algunos estudiosos destacan un aspecto menos afable de la solidaridad, ya que sostienen que es un modo de derecho u obligación in solidum que en ocasiones oprime más que ayuda. En este sentido, no sería tanto una solución buscada, sino una obligación asumida. Se puede comprender entonces que produzca rechazo porque se trata de una imposición que exige ayudar a otros en detrimento de un bienestar personal básico. Las literaturas africanas nos ofrecen claros ejemplos de ello al mostrar situaciones en las que los personajes no pueden satisfacer las imperiosas peticiones a las que creen tener derecho los miembros de la familia o de la comunidad. También hay quienes afirman que la solidaridad africana tan a menudo destacada es un mito, una representación idealizada del continente. Los relatos testimoniales de inmigrantes africanos que recorren diversas regiones de África para llegar a Europa ponen de manifiesto la falta de fraternidad y el racismo de algunas poblaciones hacia otras.
La solidaridad ha sido a menudo conceptualizada en estrecha relación con la diáspora y las conexiones trasnacionales entre grupos que trascienden las impuestas por el estado-nación. En este sentido, conceptos como la solidaridad política (Scholz, 2008; Shelby, 2005) ayudan a entender de qué forma la solidaridad puede entenderse como un compromiso activo contra una injusticia u opresión dentro y fuera del continente africano.
La solidaridad, como condena o valor ensalzado, entre algunas de sus representaciones, goza de un elevado protagonismo en las literaturas que se producen en África o en su diáspora. Mariama Bâ, Sembène Ousmane, NoViolet Bulawayo o Imbolo Mbue no son más que algunos nombres de autores que describen sentimientos resultantes de los actos solidarios o insolidarios de sus personajes. El congreso pretende analizar aquellas obras del siglo XXI en cuya trama la solidaridad, en cualquiera de sus formas, ocupa un lugar destacado, dando respuesta principalmente a alguna de las siguientes preguntas:
1. ¿Es la solidaridad africana un mito o una realidad que puede ser expuesta a Europa como un ejemplo de comportamiento social?
2. ¿Cuál es la pretensión de quienes abordan en sus relatos la solidaridad?
¿Incitar a realizar acciones solidarias, sensibilizar o condenar las obligaciones que imponen?
3. ¿Puede la solidaridad actuar como herramienta de justicia contra la opresión y violencia de las comunidades?
4. ¿Cómo puede la solidaridad establecer formas alternativas de relacionarnos con el Otro o la Otra?
5. ¿Cuál es la conexión entre la solidaridad y los activismos transnacionales?
6. ¿De qué manera movilizan las literaturas africanas la solidaridad? ¿Desempeña una función fundamental el género en esta movilización?
7. ¿Cuáles son las diferentes representaciones de la solidaridad en las literaturas de África y de su diáspora en las últimas décadas? ¿Contribuyen a reconsiderar la definición de este término?
Referencias bibliográficas
Braybant, Guy (2001). La Charte des droits fondamentaux de l’Union européenne. Témoignage et commentaires de Guy Braibant. Paris: Seuil.
Camara, Sory (1992). Gens de la parole. Paris-Conakry: ACCT-KARTHALA- SAEC.
Hampâté Bâ, Amadou (1972). Aspects de la civilisation africaine. Paris: Présence africaine.
Mohamed Salah, Mohamed Mahmoud (2015).»La solidarité dans le monde africain (aspects juridiques)», in Alain Supiot (dir.), La Solidarité. Enquête sur un principe juridique. Paris: Odile Jacob, 281-310.
Liberski-Bagnoud, Danouta (2015). «Les formes africaines de la solidarité» in Alain Supiot (dir.), La Solidarité. Enquête sur un principe juridique. Paris: Odile Jacob, 167-181.
Scholz, Sally J. (2008). Political Solidarity. Pennsylvania: The Pennsylvania State University Press.
Shelby, Tommie (2005). We Who Are Dark. The Philosophical Foundations of Black Solidarity. Cambridge, Mass: Belknap Press of Harvard University Press.
Las comunicaciones, cuya duración no sobrepasará los 15 minutos, pueden
presentarse en español, inglés o francés.
Comité organizador
Dra. María Isabel Carrera Suárez (Universidad de Oviedo)
Dra. María del Mar González Chacón (Universidad de Oviedo)
Dr. Vicente E. Montes Nogales (Universidad de Oviedo)
Dra. Paola Prieto López (Universidad de Oviedo)
Dra. Carla María Rodríguez González (Universidad de Oviedo)
Dra. Ángela Suárez Rodríguez (Universidad de Oviedo)Comité científico
Dra. Maria do Carmo Cardoso Mendes (Universidade do Minho)
Dra. Rocío Cobo Piñero (Universidad de Sevilla)
Dra. Inmaculada Díaz Narbona (Universidad de Cádiz)
Dr. Vicente E. Montes Nogales (Universidad de Oviedo)
Dr. Nbare Ngom Faye (Morgan State University)
Dra. Paola Prieto López (Universidad de Oviedo)
Dra. Ángela Suárez Rodríguez (Universidad de Oviedo)
Dr. Kamory Tangara (École Normale Supérieure (ENSup.) Bamako)
Dra. Koutchoukalo Tchassim (Université de Lomé)
Dra. Daria Tunca (Université de Liège)
Hoteles en el centro de Oviedo
Hoteles sugeridos a 15-20 minutos del campus de la Facultad de Filosofía y letras; situados cerca de centro de la ciudad y de estación de tren y autobús.
- Hotel Favila**. C/ Uría, 37. Tfno. 985 25 38 77
- Hotel Fruela***. C/ Fruela, 3. Tfno. 985 20 81 20
- Hotel Campoamor****. C/ de Argüelles, 23. Tfno. 985 21 07 20
Hoteles más cercanos a la sede del congreso
Hoteles sugeridos a 5 minutos de la Facultad de Filosofía y Letras (Campus El Milán/Humanidades):
- Campus Aparthotel***. C/ Fernando Vela, 13. Tfno. 985 11 16 19
- Hotel Clarín***. C/ Cáveda, 23. Tfno. 985 20 95 97
- Hostal Foncalada. C/ Foncalada, 24. Tfno. 687 13 39 32
Transporte urbano en Oviedo
- Las líneas C1-C2 del autobús urbano (TUA) permiten llegar a la sede del congreso (paradas Comandante Bruzo y/o Santullano).
- El servicio de Taxi Oviedo se puede contactar en los números de teléfono 985250000/985252500.
Para más información, contacte con el Comité Organizador:
Vicente Enrique Montes (montesvicente@uniovi.es)
Mar González Chacón (gonzalezmar@uniovi.es)
Paola Prieto López (prietopaola@uniovi.es)
Ángela Suárez Rodríguez (angela.srodriguez@hotmail.com)
Las comunicaciones, cuya duración no sobrepasará los20 minutos, pueden presentarse en español, inglés o francés.